Estaba yo en la ducha pensando qué me iba a poner hoy, en cuantas capas de ropa debía ponerme para los 30 grados bajo cero de hoy, cuando me acordé del frío de la casa chilena cuando hacen 10 grados afuera y unos 15 adentro cuando mucho. Recordé la humedad entumecedora de aquellos cubos de cemento y el terror de pensar en la cuenta del agua y del gas que lo hacían salirse del agua caliente tras tres o cuatro fantásticos minutos. Si es que ese día no se había cortado el agua en todo el barrio. Me consolé. No hace frío, estoy en Canadá en una casa canadiense.
Luego para pasar el rato entre el champú y el acondicionador, me puse a cantar. "Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña. Como veía que resistía fue a buscar un camarada." Y me acordé que ese mismo elefante, en México, simplemente va a buscar "otro elefante". ¿Será que en Chile los elefantes son comunistas?
No sé. Pero donde sea, el frío y los elefantes son relativos.